Preguntas frecuentes
¿Qué es el Préstamo Solidario?
Desde OWANWA te ofrecemos la posibilidad de ahorrar éticamente favoreciendo el desarrollo del Comercio Justo a través de un instrumento de Financiación Ética: El Préstamo Solidario.
La gestión financiera de estos préstamos no persigue fines lucrativos, sino que manifiesta una decidida vocación social como instrumento de cooperación al desarrollo. En Europa, los Préstamos Solidarios son una práctica común en las Organizaciones deComercio Justo para hacer frente a sus compromisos de prefinanciación y programas de asistencia a grupos productores.
El Préstamo Solidario de OWANWA es una participación económica en forma de préstamo privado a OWANWA. La persona prestamista tiene el carácter de colaboradora en nuestra organización. El préstamo recibe una remuneración anual en concepto de compensación de intereses entre el 0 y el 3,5% máximo, a convenir con el prestamista, y según el tipo de préstamo, a 1, 3 ó 5 años.
El principal invertido se podrá devolver anticipadamente bajo previa solicitud. OWANWA mantiene un Fondo de Garantía para hacer frente a posibles imprevistos.
Mediante el Fondo de Préstamos Solidarios de OWANWA hemos pre financiado la estructura productiva de numerosos grupos productores del Sur con más de 1.500.000 € entre 2002 y el año 2007. Esta financiación tiene coste cero para nuestros asociados de los países más desfavorecidos, lo que les permite sacar adelante su trabajo y a sus familias sin tener que recurrir a los abusivos precios de la banca local. Por otra parte, además de representar una herramienta de financiación fundamental al servicio de los pequeños productores, el Préstamo Solidario de OWANWA constituye una alternativa ética para el ahorrador que recupera la transparencia y el control sobre el uso de su ahorro.
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¿Qué es Economía Solidaria?
La Economía Alternativa y Solidaria (EAS) es una aproximación global a la gestión de los bienes y de la riqueza, fundamentada en valores éticos para ofrecer alternativas sostenibles, desde la economía, a las problemáticas sociales, económicas, ecológicas y culturales contemporáneas. Puede considerarse una economía de liberación, porque ofrece a los ciudadanos (trabajador, gestor, consumidor) de cualquier parte del mundo y a las políticas públicas, opciones útiles para actuar responsablemente a favor de una economía más democrática y favorecer así el desarrollo de una globalización que defienda con justicia y solidaridad a las personas y comunidades ahora empobrecidas o en desventaja, una globalización, en definitiva, más sostenible y equitativa.
Esta aproximación se desarrolla como alternativa a una economía de mercado insostenible que provoca un incremento de la pobreza creciente para la mayor parte de los habitantes del planeta, que sobre-explota los recursos naturales, fomenta las desigualdades sociales -en especial para las mujeres- la exclusión social y económica, el desempleo y la precariedad laboral.
Sectores de la Economía Alternativa y Solidaria, actividades económicas de utilidad social
La Economía Alternativa y Solidaria no es un sector de la economía sino un acercamiento transversal a ella. Se da en casi todos los sectores de la economía y trabaja en sinergia con otras iniciativas sociales que favorecen el desarrollo de la EAS, estos son algunos donde tiene mayor incidencia: finanzas solidarias, comercio justo, iniciativas de reinserción laboral para personas en riesgo de exclusión, agricultura ecológica, producción asociada, transporte ecológico, desarrollo rural, gestión participativa en el hábitat urbano, diálogos interculturales, educación, servicios de proximidad, iniciativas de mujeres, comunicación alternativa, tecnología democratizada, recuperación y reciclaje, sistemas de trueques solidarios, autogestión de producción y consumo y consumo responsable.
Características de la Economía Alternativa y Solidaria
En el modelo económico de libre mercado, tanto el concepto de riqueza como los indicadores para su evaluación parecen reducirse la mayor parte de las ocasiones al valor productivo y mercantil, sin tener en cuenta otros valores como son el valor social y medioambiental que genera la actividad o el impacto social o ecológico que provoca. Esto contribuye indudablemente a una escala de valores empresariales que la mayor parte de las ocasiones no contempla de forma solidaria y equilibrada la interrelación entre lo social y lo económico, y que instrumentaliza los valores medioambientales o las iniciativas de interés social al servicio de una gestión económica utilitarista, oportunista y mercantilista.
La Economía Solidaria coloca a la persona- individual y social- en el centro de la economía, como protagonista y beneficiario de la misma. Esto obliga a repensar la verdadera dimensión de conceptos como “riqueza” o “bienestar social” y también nos impulsa al estudio de las posibilidades de modelos sociales y económicos innovadores más equilibrados y transparentes capaces de generar bienestar social e individual para todas las personas y en todos los continentes, desde el productor hasta el consumidor final. La Economía Alternativa y Solidaria es un modelo de economía de proximidad, que tiene su eje en lo comunitario y local, como marco para un desarrollo global sostenible a partir de la participación y empoderamiento de la sociedad civil.
Las organizaciones y redes de Economía Alternativa y Solidaria están activamente ocupadas en la globalización de la solidaridad a través de la cooperación e intercambio de buenas prácticas basadas en valores compartidos. Su propósito es beneficiar al ciudadano responsable que quiere mantener el control sobre las formas de producción y ejerce libremente la manera de intercambiar, comerciar, consumir, invertir o ahorrar con principios éticos. La Economía Alternativa y Solidaria propone prácticas para el desarrollo participativo y la autogestión, que se integran en sinergia con otras iniciativas y sectores que comparten valores de justicia social y sostenibilidad.
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¿Qué es la Financiación Ética?
La banca tradicional apuesta por el mayor beneficio económico, dirigiendo sus inversiones hacia aquellas operaciones especulativas que permitan obtener el mayor margen de beneficios en el menor tiempo posible. Esto da lugar a que las entidades financieras, en demasiadas ocasiones, se vean envueltas directa e indirectamente en la fabricación y el comercio de armas, blanqueo de dinero, industrias contaminantes y empresas de gestión poco ética… con la complicidad o gracias al desconocimiento de los ahorradores que en estas entidades depositan sus ahorros. Además, el sistema financiero convencional, al regirse de modo casi exclusivo por criterios de beneficios y tamaño, contribuye a incrementar las diferencias de riqueza y consolida la exclusión social de los sectores más desfavorecidos ya que la naturaleza o dimensión de sus proyectos (actividades alternativas, innovadoras, o no orientadas al beneficio económico exclusivamente) carecen de las garantías y recursos para iniciar la actividad.
Si no queremos contribuir a este modelo de injusticia y aspiramos a favorecer otra clase de gestión sostenible con valores sociales ahora también es posible hacerlo desde el mundo de las finanzas. Es importante saber a quién confiamos la custodia de nuestro dinero. Como ahorradores tenemos derecho a conocer de qué manera se utiliza nuestro dinero y qué proyectos e ideas se están financiando con él.
Desde hace algunos años existe un número creciente de personas sensibilizadas que exigen criterios sociales y ecológicos al mundo de la financiación. Se crean entonces numerosas iniciativas como el Préstamo Solidario de OEANWA, que insertan valores éticos a las finanzas, que apoyan y fortalecen proyectos de economía solidaria y que ofrecen garantías sociales y medio ambientales.
En OWANWA entendemos que los recursos económicos deben orientarse hacia el provecho social, creando empleo digno, apoyando la inserción laboral, proveyendo productos y servicios de utilidad social, colaborando con el Comercio Justo, respaldando el consumo responsable, apoyando procesos productivos no contaminantes y potenciando iniciativas que respeten el medio ambiente, energías renovables, bio construcción, etc.
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¿Qué es Soberanía Alimentaria?
La soberanía alimentaria es un concepto político proteccionista introducido en 1996 por Vía Campesina en Roma, con motivo de la Cumbre Mundial de la Alimentación de la Organización para la Alimentación y la Agricultura (FAO).
Se entiende como la facultad de cada Estado para definir sus propias políticas agrarias y alimentarias de acuerdo a objetivos de desarrollo sostenible y seguridad alimentaria. Ello implica la protección del mercado doméstico contra los productos excedentarios que se venden más baratos en el mercado internacional, y contra la práctica del dumping (venta por debajo de los costos de producción).
Este nuevo concepto, constituye una ruptura con relación a la organización actual de los mercados agrícolas puesta en práctica por la OMC. En contraste a la seguridad alimentaria definida por la FAO, que se centra en la disponibilidad de alimentos, la soberanía alimentaria incide también en la importancia del modo de producción de los alimentos y su origen. Resalta la relación que tiene la importación de alimentos baratos en el debilitamiento de producción y población agraria locales.
La sociedad civil fue llamada a contribuir a la Cumbre Mundial de la Alimentación en un foro paralelo, el Foro Mundial por la Seguridad Alimentaria, durante el cual la Via Campesina lanzó este principio de la Soberanía Alimentaria. El Plan de Acción del Foro de Roma de 1996 – Alimentos para Todos, No Beneficios para unos Pocos - ya hizo hincapié en el papel crucial que la sociedad civil podía y debía jugar para implementar los compromisos de los gobiernos firmatarios de la declaración de la Cumbre Mundial de la Alimentación. Posteriormente tres eventos mundiales reunieron a los movimientos sociales y la sociedad civil en su conjunto para avanzar en el concepto de Soberanía Alimentaria: Agosto de 2001, el Foro Mundial por la Soberanía Alimentaria de la Habana; junio de 2002, el Foro de ONG/OSC para la Soberanía Alimentaria de Roma, paralelo a la Cumbre Mundial de la Alimentación: cinco años después (CMA:cad); febrero de 2007, Nyéléni 2007 – Foro Internacional sobre Soberanía Alimentaria, Sélingué, Mali.
La definición que este principio obtuvo en el Foro del 2002 de Roma fue: “La soberanía alimentaria es el DERECHO de los pueblos, comunidades y países a definir sus propias políticas agrícolas, pesqueras, alimentarias y de tierra que sean ecológica, social, económica y culturalmente apropiadas a sus circunstancias únicas. Esto incluye el verdadero derecho a la alimentación y a producir los alimentos, lo que significa que todos los pueblos tienen el derecho a una alimentación sana, nutritiva y culturalmente apropiada, y a la capacidad para mantenerse a sí mismos y a sus sociedades.”
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¿Qué son las Redes de Intercambio de Semillas?
Las Redes de Intercambio de Semillas, crean alianzas entre pequeños agricultores, ecológicos y tradicionales, técnicos y toda persona implicada en la conservación de variedades locales y tradicionales de semillas.
Estas redes, han jugado en los últimos años un papel clave para reunir esfuerzos en torno a la conservación de la Biodiversidad agraria a lo largo y ancho de cada territorio de actuación.
La motivación que fomenta la creación de las Redes se centra en la alarmante realidad de la pérdida de Recursos genéticos que están siendo erosionados en el campo de la agricultura y la ganadería. Las redes se ponen en marcha para poder recuperar y seguir utilizando in situ todos estos cultivares antiguos. Estas organizaciones de carácter técnico, social y político, desarrollan numerosas acciones desde el ámbito local hasta el trabajo con las administraciones públicas o la relación con entidades internacionales.
Su gran riqueza reside en la diversidad de personas y organismos que la componen ya que en ella participan organismos de investigación, agricultores y organizaciones de agricultores, técnicos, consumidores, grupos de acción local, bancos de germoplasma, personas vinculadas a la universidad, movimientos ecologistas, universidades...
Además, la componen redes locales que gestionan la conservación de la diversidad genética en sus territorios de una manera desinteresada y favoreciendo la labor de recuperación, conservación, mejora y utilización de las variedades agrícolas locales conservadas durante años por nuestros agricultores. Los trabajos desarrollados están estrechamente relacionados con la producción ecológica y la necesidad de integrar en ella la conservación de la biodiversidad, y por otro lado, están contribuyendo al rescate de todo el saber cultural de los campesinos y su entorno, en relación con las prácticas culturales que emplean.
Puede considerarse la constitución de la Red de semillas "Resembrando e intercambiando" en 1999 como uno de los puntos de inicio del debate sobre las deficiencias del sistema ecológico de semillas en España.
Objetivos
Posteriormente, en una reunión organizada por FANEGA en la Estación experimental de Carcaixent, se definió el trabajo prioritario de la Red en torno a tres objetivos:
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Organizativo, mediante la constitución de la Red.
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Político, en cuanto a la crítica sobre el marco normativo de semillas y especialmente en cuanto a las futuras normativas sobre semillas ecológicas.
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Informativo, elaborando documentos sobre el manejo campesino de las semillas y el acceso a los recursos genéticos. La principal tarea organizativa fue la aglutinación de las personas del sector preocupados por los aspectos del manejo de los recursos genéticos y las semillas. En este sentido se integraron en la Red miembros de las organizaciones más importantes como COAG, FANEGA, Sociedad Española de Agricultura Ecológica y Plataforma Rural, también los grupos con mayor experiencia o más concienciadas en el trabajo con semillas: La Verde, Estación Experimental de Carcaixent, CIFAES de Amayuelas, Ekonekazaritza, Escola Agraria de Manresa, Mas de Noguera, GEDEA.
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